Las verduras se han popularizado para ser elegidas como los primeros alimentos a ofrecer en la alimentación complementaria. Se cree que, al exponer desde el principio a tu bebé a sabores diferentes al dulce, podría generar un mayor interés y preferencia por esos alimentos.
Es cierto que la ciencia cada día se acerca más a concluir sobre el tema. Además, se sabe que el ejemplo y la orientación en alimentación es la clave para lograr hábitos saludables.
Sin embargo, las verduras son también los alimentos que podrían llegar a ser rechazados en algún momento, por eso es muy importante e indispensable enseñarle a tu bebé a consumir y aceptarlos con ejemplo, a través de experiencias sensoriales divertidas, de presentaciones llamativas y preparaciones variadas.
Es correcto que, para iniciar la alimentación complementaria ofrecemos los alimentos de manera simple, pero a medida que avanza el proceso y tu bebé va creciendo, se incluyen diferentes preparaciones de los alimentos; las ensaladas o sopas no son la única forma de ofrecer los vegetales.
Las sopas o cremas de verduras es una preparación muy tradicional para iniciar el proceso de alimentación complementaria, sin embargo, recuerda que es un momento que tiene como objetivo:
Enseñar a tu bebé a aceptar sensorialmente nuevas y diferentes texturas.
Enseñar a tu bebé a reconocer sensorialmente los alimentos en su forma natural: Sabor, olor y textura.
Las verduras pueden ofrecerse entonces en bastones, trozos de bocado, croquetas, pancakes y diferentes preparaciones que incentiven su consumo de forma variada y divertida, además de enseñarle a aceptar nuevas texturas.
La zanahoria es una verdura caracterizada por su sabor suave y dulce, por su color intenso naranja que lo determina su alto aporte de betacarotenos y vitamina A.
Es un vegetal de textura firme y dura, que requiere de cocción previa para lograr una textura suave que permita seguridad al ofrecerla a tu bebé.
¿Cuál es el mejor método de cocción? Para lograr su textura suave en el menor tiempo posible, es ideal una cocción en agua hirviendo. Además, por seguridad microbiológica, aparte de lavarla, recomendamos también pelarla:
Iniciando la alimentación complementaria, desde los 4 hasta los 6 meses aproximadamente: Ofrecemos la zanahoria macerada o machacada, textura suave, pero con grumos. Esta textura se logra con ayuda de un tenedor, triturador o licuadora. Luego de haberla pelado y someterla a un proceso de cocción que suavice su textura.
Para ofrecer la zanahoria en trozos de agarre palmar, desde los 6 hasta los 8 meses aproximadamente: Antes de ofrecer la zanahoria en trozos de agarre palmar, debes garantizar su textura suave con una adecuada cocción, para garantizar la seguridad de tu bebé. La zanahoria se debe cortar en trozos largos para asegurar que sobresalgan por encima y por debajo de la mano de tu bebé, y con un grosor adecuado para facilitar su agarre: debe asemejarse al de un marcador. Los cortes siempre deben ser rectos, nunca redondos.
Para ofrecer la zanahoria en trozos más pequeños o trozos de pinza, desde los 8/9 meses en adelante. Debemos cumplir con las mismas recomendaciones al ofrecerla en trozos de agarre palmar: Zanahoria pelada y siempre someterla a un método de cocción para asegurar su textura suave. Los trozos de agarre de pinza deben ser del tamaño de una falange aproximadamente, cortes rectos, que faciliten el agarre de tu bebé con sus dedos.