Sabemos que buscas siempre ofrecer los alimentos a tu bebé de la mejor manera, no sólo para proteger su seguridad, también para garantizar siempre su calidad nutricional.
La manzana es un alimento muy popular para iniciar la alimentación complementaria; las frutas generalmente son las más elegidas para comenzar este proceso: su sabor dulce es de más fácil aceptación, pues es un sabor innato. Sin embargo, en nuestra experiencia, te recomendamos lo siguiente:
Si decides iniciar con frutas, te recomendamos elegir otras diferentes dentro de este grupo de alimentos mientras conocemos la digestión del bebé con los alimentos nuevos que se incluyen. Recuerda que tu bebé lleva 4-6 meses alimentándose únicamente de leche materna o fórmula láctea, y la digestión de nuevos alimentos será muy diferente. La manzana es una fruta astringente, es decir, es una fruta que podría llegar a causar estreñimiento cuando no tenemos otros alimentos con los que podamos variar su alimentación y tenemos además un bajo consumo de agua.
No hay una regla general que nos indique que debemos iniciar con cierto grupo de alimento: La elección depende de cada bebé, sus características, necesidades y los intereses de su familia.
La manzana es una fruta con diferentes variedades y es común encontrar la duda de cuál de ellas es la más indicada para ofrecer durante la alimentación complementaria. Realmente no hay una mejor que otra, las manzanas en todas sus variedades contienen diferentes beneficios en vitaminas, minerales y antioxidantes; está en gustos propios elegir la indicada en textura y sabor.
Es una fruta con textura firme y dura por lo que debemos asegurar su transformación adecuada y segura para ofrecerla:
Iniciando la alimentación complementaria, desde los 4 hasta los 6 meses aproximadamente: Ofrecemos la manzana macerada. Podemos lograr esta textura con un rallador en la parte más fina, y sin piel o cáscara. También podrías macerar la manzana con ayuda de un tenedor, luego de haberla pelado y someterla a un proceso de cocción que suavice su textura. Importante siempre cocinarla al vapor o en agua hirviendo, no en agua fría: esto asegurará un tiempo mínimo de cocción.
Para ofrecer la manzana en trozos de agarre palmar, desde los 6 hasta los 8 meses aproximadamente: La manzana debe estar siempre pelada, sin piel o cáscara, y para garantizar una textura suave y segura debemos someter los trozos a una cocción adecuada, como la mencionada en el primer punto. La manzana debe cortarse a lo largo para asegurar que el trozo sobresalga por encima y por debajo de la mano de tu bebé, y recuerda que el grosor del trozo debe asemejarse al de un marcador. El corte siempre debe ser recto, no debe haber cortes redondos.
Para ofrecer la manzana en trozos más pequeños o trozos de pinza, desde los 8/9 meses en adelante. Debemos cumplir con las mismas recomendaciones al ofrecer la manzana en trozos de agarre palmar: Manzana sin piel o cáscara y siempre someterla a un método de cocción para asegurar su textura suave. Los trozos de agarre de pinza deben ser del tamaño de una falange aproximadamente, que faciliten el agarre de tu bebé con sus dedos.
La manzana es una fruta y es un alimento que siempre debe estar presente en la alimentación de tu bebé:
Incluyéndola en los tres tiempos de comida principales, y en los refrigerios según la necesidad de tu bebé. Es un mito que la fruta se debe ofrecer en ciertos momentos del día: No hay horarios para el consumo de este tipo de alimentos mientras estamos ofreciendo las porciones adecuadas para cada edad.
Antes del primer año, la fruta se debe ofrecer siempre entera, en trozos o macerada. La fruta licuada no se recomienda por su exceso de aporte calórico y carencia de fibra. Luego del año, los jugos deben ser ofrecidos responsablemente y dentro de unos hábitos saludables.
Te preguntarás entonces, ¿cuándo puedes ofrecer una manzana completa? Cuando tu bebé cuente con sus dientes para poder tener una mordida adecuada que garantice su seguridad.